Monday, June 6, 2011     17:19
 

Hotel Tivoli

El presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt, decidió en junio de 1906 viajar a Panamá, para observar con sus propios ojos, la organización y progreso de los trabajos en el Canal, que bajo su dirección llevaban dos años en marcha.

Las acciones en el Istmo no se desenvolvían con la rapidez y el ordenamiento característico de las empresas norteamericanas.

Al contrario, el caos administrativo imperante, sugería una posible repetición del fracaso francés de años anteriores. Era necesario infundir fe y confianza a los trabajadores y nada mejor para la moral, que una visita personal del primer ciudadano de la nación.

La campaña sanitaria en la Zona del Canal, Panamá y Colón estaba en pleno apogeo y ya se insinuaba como un proyecto exitoso.

El planeado viaje a Panamá del presidente Roosevelt, representaba la primera visita a un país extranjero de un gobernante norteamericano en la historia de los Estados Unidos.

El 8 de noviembre de 1906 zarpó el barco de guerra Louisiana, con los cruceros Tennessee y Washington como escoltas. Además de su señora esposa, el grupo incluía a varios distinguidos invitados.

La nave arribó a Cristóbal el 14 de noviembre de 1906, donde se efectuaron actos en su honor, para después, cruzar el istmo en ferrocarril y arribar a Panamá, donde había un amplio programa de festividades con motivo del gran acontecimiento.

Aunque el gobernador de la Zona, Charles E. Magoon había ofrecido su residencia para alojar a la pareja presidencial, los organizadores de la gira, decidieron apresurar la terminación de una de las torres del Hotel Tivoli, cercano a inaugurarse.

La estancia del primer mandatario fue todo un éxito y solo hubo elogios por las atenciones recibidas.

La construcción del hotel se había iniciado en 1905, bajo la dirección del gobernador Magoon, quien insistía en que fuera ocupado solo por trabajadores del Canal de Panamá y sus familiares

En enero de 1907 se llevó a cabo la formal inauguración del Hotel Tivoli, que de inmediato se convirtió en el gran centro social de la Zona del Canal, con una actividad muy grande de banquetes, bailes, matrimonios, reuniones de clubes cívicos, conferencias, congresos médicos y graduaciones.

El porcentaje de ocupación estaba cercano al 95% y se consolidaba como el mejor hotel de la Zona del Canal y también de Panamá.

El edificio, finamente terminado, era de madera y consistía de dos torres laterales y una central que las unía, todas de tres pisos de alto.

Las amplias habitaciones tenían grandes ventanas para aprovechar la circulación del aire y mejorar la temperatura. Había agua caliente en todas las habitaciones.

Entre sus huéspedes distinguidos estuvieron el príncipe de Gales, Charles A. Lindbergh cuando niño y luego como el héroe mundial de la aviación en su visita a Panamá, el actor John Barrymore y su esposa Dolores Costello, también, E.W.Scripps, el fundador de la cadena periodística del mismo nombre.

Igualmente hubo huéspedes permanentes, entre los que se destacaron el Dr. Alfred Herrick, renombrado médico quien ejerció en Panamá por muchos años, los esposos McInness de la cerveza Balboa.

El Hotel siempre se mantuvo bajo la administración del gobierno de los Estados Unidos, a través del Departamento de Subsidios. .

En 1922 hubo un rumor de posible compra por parte de un consorcio de Texas, pero que en realidad nunca se llegó a materializar.

Hacia 1951 y ante la inminente inauguración del Hotel Panamá, se hizo una rebaja sustancial de precios, efectiva desde febrero 1952, que consistieron en: cuarto sencillo $ 3.30 a $ 5.00, doble $ 5.00 a $ 7.00, suites de $ 7.00 a $ 10.00. Desayuno de $ 0.50 y la cena de $ 2.00.

El Hotel Tivoli, por encontrarse en terrenos limítrofes y de fácil acceso para los panameños, además bajo la jurisdicción de la Zona del Canal, ofrecía un perfecto santuario para el refugio de políticos perseguidos por el régimen de turno en Panamá, que fue empleado con mucha frecuencia, en nuestros ya olvidados, golpes de Estado.

Finalmente, cuando fue derribado, terminó la era de los hoteles elegantes en la franja canalera, que poco a poco, se convirtió en nostálgicos recuerdos de un selecto pasado que jamás regresaría.