Monday, June 6, 2011     17:19
 

Hotel Washington (Colón)

El más esplendoroso hotel de la era canalera fue construido en la ciudad de Colón, a finales de 1910, posterior a la visita del presidente de los Estados Unidos, Howard Taft, al Istmo de Panamá.

Desde 1870 existía el Washington House que funcionó hasta el 1 de marzo de 1908, exclusivo para los Directores del Ferrocarril, cuando fue pasado administrativamente, para la Comisión del Canal.

Luego se optó por la construcción de un nuevo Hotel, con planos elaborados por la famosa firma Cram, Goodhue y Ferguson, de New York a un costo de $ 500.000.

El Hotel estaba formado por dos alas paralelas unidas por una central más larga y todas de tres pisos de altura, con cuartos muy espaciosos, pasillos con amplia circulación cruzada de la brisa del mar.

La entrada del edificio, se encuentra delineada entre dos filas de palmeras, que le dan un gran tono de distinción y de elegancia.

Fue muy célebre por la buena cocina internacional que ofrecía y las magníficas recepciones, llenas de clase y garbo.

Además de oficinas y un gran foyer, tenía salón de bailes y billares, un enorme comedor con vajillas finas y costosa cristalería de primera línea.

Existían salones de descanso y de recibo para caballeros y otro para damas.

Una atracción especial era una enorme piscina de agua salada, con dimensiones de 125x100, con 3 pies de profundidad en la parte seca y 9 en la profunda.

Como estaba localizada en la parte exterior del ala derecha, cuando había olas muy grandes, se desbordaban hacia el interior de la piscina, creando un fenómeno muy interesante y divertido para los bañistas.

La fuerte brisa marina hacía ondear las altas palmeras ornamentales, produciendo, además de un sonido especial y arrullador, un fresco sumamente agradable.

Los jardines exteriores, muy bien atendidos y siempre llenos de flores, añadían una belleza natural que engalanaba la vista de los pasajeros.

Además poseía canchas de basket ball, tenis y volleyball, en los patios exteriores, que se encuentran localizados en la parte posterior del Hotel.

La Emperatriz Eugenia de Francia, había regalado años antes, una estatua de Colón y después de ser colocada en varios sitios, en enero de 1916 se trasladó, provisionalmente, a la entrada del Hotel Washington, donde por cerca de 15 años, fue un bellísimo toque decorativo de muy buen gusto.

Fue inaugurado el 29 de marzo de 1913 con un gran baile de gala, empleándose invitaciones que costaban $ 10.00 por persona, que resultó un extraordinario éxito social y económico.
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Hacia 1922, hubo una tentativa de venta, pero debido a ofertas muy bajas, no se realizó el traspaso a una administración privada.

Para 1927 es necesario efectuar una fuerte campaña de promoción turística, por todo el mundo, que rindió buenos frutos, aumentando la ocupación hotelera.

A pesar de las restricciones normales que aparecieron durante la II Guerra Mundial ( disminución de pases para los soldados estacionados en la Zona del Canal, oscurecimientos nocturnos, cupones de racionamientos, etc ), el movimiento de pasajeros aumentó.

El 22 de diciembre de 1953, se firmó un contrato de arrendamiento entre el Gobernador de la Zona John S.Seybold y Arturo D. Motta, en representación de la firma Motta Hermanos, donde la administración del Hotel Washington pasaba a manos de esta compañía , por un período de cinco años.

Los nuevos administradores redecoraron el edificio, mejoraron la piscina, instalaron una
moderna cafetería .

Sin embargo, esta aventura hotelera de los Hermanos Motta fue de muy corta duración, ya que para agosto de 1954, se había terminado la relación comercial.

El 7 de noviembre de 1957 y de acuerdo con el Tratado de Mutuo Consentimiento, entre los Estados Unidos y Panamá, el Hotel fue traspasado al
Gobierno Nacional. que lo empezó a manejar a través del Instituto Panameño de Turismo.

El 23 de junio de 1971, y por un término de 20 años, la Hyatt International Corporation tomó bajo su control la operación

Desde 1991, la Empresa Flamingo, S.A compró el Hotel, y después de grandes remodelaciones, tomó un nuevo camino, teniendo como meta los grandes días de esplendor y manteniendo la proverbial elegancia y eficiencia de tiempos pasados.