Monday, June 6, 2011     17:19
 

El problema de la alcoholina en 1934 y la primera huelga de transporte

El 3 de julio de 1934, el país conoció de una decisión de la Junta Central de Caminos( antecesora del actual Ministerio de Obras Públicas), de poner inmediatamente en vigencia un Decreto Ejecutivo del 17 de agosto de 1933, que elevaba en 16 centavos el valor de gasolina importada para uso como carburante, o sea que se vendería a 30 centavos.

Cabe aclarar, que dicha Junta era también, en aquellos tiempos, el ente regulador en asuntos de transporte.

La medida puesta en práctica por el Gobierno Nacional, iba dirigida a favorecer el uso de la alcoholina, una mezcla de alcohol de melaza y gasolina, que se vendería a 25 centavos el galón.

El mismo decreto señalaba un precio de 8 centavos para la gasolina importada, con miras a ser usada exclusivamente para la citada mezcla.

El inesperado paso tomado por la Junta Central de Caminos, provocó de inmediato una ola de protesta en todo el país, aunque tuvo algunas opiniones favorables, tal como lo exteriorizó el Club Rotario de Panamá, durante la sesión regular de la semana, celebrada en el Century Club de la ciudad capital.

Los Rotarios escucharon la palabra autorizada del Ing. Leopoldo Arosemena, expresidente del Club, explicando que durante un año, la Junta Central estuvo llevando a cabo diversas pruebas en su equipo rodante, para determinar la seguridad de la nueva mezcla.

El mismo Ing. Arosemena, explicó que durante seis meses empleó en su propio automòvil la alcholina, permaneciendo el motor en perfectas condiciones, lo cual fue comprobado por medio de un minucioso examen por mecánicos especializados.

Asimismo, hubo informes de algunas partes del interior de la República, donde abogaban en favor de la alcoholina, provenientes de regiones dedicadas al cultivo de la caña de azúcar, ya que verían estos agricultores, incrementar la venta de sus mieles.

Por otra parte, los importadoes y vendedores de gasolina, los transportistas y propietarios de taxis y autos particulares, comenzaron a promover ciertos movimientos iniciales, para decretar su protesta por el aumento a 30 centavos.

En el país había una super abundancia del alcohol de melaza, ya que no se empleaba para la fabricación de licores y se pensaba que el Gobierno Nacional, comprara todo de ese excedente.

Ya la Junta Central de Caminos había adquirido unos 15000 galones que se necesitaban para la producción de un total de 300.000 de alcoholina, cantidad calculada para mantener el consumo mensual..

Para evitar la especulación con el nuevo carburante, la Junta decidió vender el alcohol a precio de costo .Como aparentemente, no se vislumbraba ninguna solución inmediata al problema , los transportistas mediante una resolución aprobada en Asamblea General, decidieron ir a una huelga general, para iniciarse el lunes 9 de julio, y al mismo tiempo, plantearon su decisión de no usar para nada la alcoholina en ninguno de sus vehículos.

Después de casi 36 horas de la paralización del transporte, hubo una reunión del presidente Harmodio Arias M., con la mediación de la Cámara de Comercio de Panamá, integrada por los señores Tomás H. Jácome, Eduardo de Alba, José M. Berrocal, Leonardo Villanueva Myers, Sabas A. Villegas y representantes del Gremio de los Choferes.

La fórmula conciliatoria presentada al presidente Arias fue:

  1. “Que el Poder Ejecutivo garantice que a partir del día de mañana ( 11 de julio) el costo de la gasolina en las bombas de esta ciudad será de B/ 0,25 por galón, precio igual al que rige actualmente en la ciudad de Colón.
  2. Que para facilitar el conocimiento del nuevo carburante denominado “alcoholina”, el Poder Ejecutivo establezca durante un período prudencial, que bien puede ser de 90 días, un precio inferior al de la gasolina, que bien puede ser de 0.21, pudiendo el gobierno establecer ese expendio por su cuenta, con el objeto de evitar los cuatro centavos que los intermediarios obtienen de utilidad por ese servicio.

De ser aceptadas las anteriores proposiciones, nos comprometemos, a nuestra vez, a dar por terminada la huelga inmediatamente.

La directiva del Gremio de Choferes: Leopoldo Cordero A., Antonio Barreto, Carlos Rodríguez G. y Manuel M. Tuñón”.

Este fórmula de arreglo también fue aprobada por los representanters de los expendedores de gasolina.

Parecía un arreglo justo para ambas partes, pues el Gobierno se redujo en cinco centavos sus aspiraciones y los choferes aceptaron un aumento de cinco. Algo así como encontrarse en la línea media.

Como el Gremio de Choferes había manifestado en su resolución de Asamblea General, que no aceptaría ningún incremento mayor de 20 centavos por galón, se consideraron desfraudados y entregados por sus representantes, al aceptarse la fórmula conciliatoria. De hecho, se desataron numerosas protestas contra ellos, que determinaron la renuncia irrevocable de los miembros de la Directiva, ya mencionados, y de otros que se solidarizaron con ellos.

La directiva del Gremio de Choferes envió una carta donde manifestaban:” desde este momento, nosotros los suscritos, miembros de dicha directiva y aquellos del Comité de Huelga, quienes son solidarios, hemos presentado nuestra renuncia con carácter de irrevocable de los cargos que veníamos desempeñando en el Gremio de Choferes de Panamá, en huelga hoy, para conseguir la rebaja de la gasolina.

Nuestra renuncia se debe a la inconformidad de una gran mayoría de los componentes de dicho gremio, de nuestra gestión hecha ante su Excelencia el Presidente de la República, que dió por resultado aceptar como condiciones rebajar el precio de la gasolina a 0.25 el galón. Condiciones que nosotros hemos considerado satisfactorias para el Gremio, debiendo suspender la huelga”.

La alcoholina no tuvo ningún futuro en Panamaá, ya que no recibió acogida por el público y pronto el gobierno también se olvidó del asunto, pero si fue determinante para que tuviera lugar la primera huelga de transporte en nuestro país.