Monday, June 6, 2011     17:19
 

Inauguración del ferrocarril de Chiriquí

La idea de ferrocarriles en Panamá empieza a generarse desde 1893 cuando se hicieron estudios preliminares para una ruta San José, Costa Rica - Panamá - Quito, Ecuador, proyecto demasiado abarcador y optimista, dirigido por el ingeniero Coronel William F. Shunk y que luego fue simplificado a un planteamiento de Panamá a David.

El citado esquema despertó cierta atención durante varios años, pero no fue sino bajo la administración del presidente José D. de Obaldía, a inicios de 1910, que se reanudó el interés sobre este plan. El gobierno panameño firmó un contrato con la Panamá Railroad Company para un estudio y estimación de costos sobre una línea ferrocarrilera de Panamá a David, con ramales hacia Antón y la provincia de Los Santos.

El precio estimado era de B/ 51.400 por milla ( rieles normales ) y de B/.28.720 para rieles angostos, un gran total de B/.9.894.595, presupuesto que fue considerado muy excesivo para gravar las finanzas nacionales de una muy joven república. La idea fue más tarde abandonada.

El presidente Belisario Porras casi inmediato a su toma de posesión en 1912 decidió con el visto bueno de su gabinete, construir un nuevo proyecto, pero únicamente en Chiriquí.

Después de una seria evaluación por un grupo de ingenieros, se elaboraron planos y costos. Esta información la envió el gobierno panameño a otra junta de profesionales que nombró el Coronel William Goethals, que procedió en enero de 1914 a rendir un informe y recomendaciones, documento muy necesario para conseguir las fuentes de financiamiento.

No fue sino hasta 1916 , cuando en Panamá se daban muestras grandes actividades y realizaciones en todos los campos, que Porras hizo por cumplir una promesa electoral expresada en su triunfante campaña electoral.

Porras, estadista por excelencia y hombre visionario, firme creyente en todo el avance y los progresos que traerían los caminos de hierro para las regiones por donde pasaran, apoyó su construcción. Era un convencido de las ideas ferroviarias y estaba de acuerdo que dichas rutas serían de inmenso beneficio para la inmigración, agricultura, industria y comercio.

La gigantesca empresa fue objeto de ataques muy virulentos, con toda clase de insinuaciones y aseveraciones, casi todas injustificadas, desde la iniciación de los trabajos.

La vehemencia de este antagonismo a la obra se acentuaría aún más, por encontrarse el país en medio de una feroz campaña política, donde se enfrentaban por una parte el Dr. Ramón M. Valdés, con el apoyo del gobierno y el candidato de la oposición, don Rodolfo Chiari.

El apasionamiento partidista de cualquier momento, que siempre sirve para generar sentimientos de envidia, odio, rencor y de divisionismo, acusaban de muy ingentes los costos de la obra y de despilfarro de fondos durante su ejecución.

Los ferrocarriles siempre se consideran caminos de progreso, al igual que las carreteras, en contraposición a proyectoras de vanidad como vienen a ser auto eregimiento de estatuas, bautizos de calles y edificios con nombres del gobernante, etc.

El secretario de Fomento, Ramón Acevedo, firmó a nombre del estado panameño el debido contrato con la compañía R.W. Hebbard el 2 de febrero de 1914, para la construcción de un ferrocarril David - Boquete - Concepción, con un ramal Dolega - Potrerillos y otro más corto hacia el puerto de Pedregal, todo a un costo de B/ .1.670.000. que incluía a talleres, líneas telegráficas y de teléfono, locomotoras y carros.

Después de salvar innumerables obstáculos y a pesar de la insistente lluvia de críticas muy severas, el presidente Porras continuó hacia adelante y se preparó a inaugurar personalmente lo que llamaba " la obra que después del Canal es la más extraordinaria que jamás se haya realizado en nuestro país". El primer mandatario partió de la ciudad capital a bordo del vapor Panamá, con una distinguida comitiva que incluía a diplomáticos, miembros del gabinete, altos jefes de la Zona del Canal e invitados especiales, entre los cuales se encontraba Don Ramón Valdés, candidato oficialista para los próximos comicios electorales.

El aludido barco al entrar en el estero de David, por la Boca de San Pedro, fue saludado por moradores de Horconcitos y Remedios, que se allegaron en botes para saludar a tan ilustres personajes.

Al arribar al muelle de Pedregal, la comitiva abordó los trenes para dirigirse hacia la estación principal de David, donde había cerca de 4000 personas que daban muestras de extraordinario júbilo, ya que se vivían momentos grandiosos en la historia de la era republicana y todos querían participar de una manera activa.

Hubo una excursión a Concepción en horas de la tarde con cena y baile, donde se mezclaron las expresiones de felicidad por el histórico momento y las actividades políticas.

El domingo 23 de abril de 1916 a las 8:00 a.m. se efectuó el bautizo del ferrocarril donde hubo alrededor de 55 padrinos de David y Panamá.

Posteriormente se llevó a cabo un viaje a Boquete, en cuatro de los recién estrenados carros y que tomó poco más de dos horas. Se destacó que el mismo presidente y el candidato oficialista, cedieron sus respectivos cupos, para que pudieran asistir otras personas de Chiriquí.

La travesía a Boquete se repitió al día siguiente (abril 24), con las personalidades que faltaron en la fecha anterior siendo recibidos en esa ciudad con grandes agasajos y diversiones.

De regreso a David, por la noche, el ingeniero Hebbard ofreció un banquete de gala en el Hotel Istmo, donde se escucharon brillantes discursos de Guillermo Andreve, secretario de Instrucción Pública, de Ladislao Sosa, subsecretario de Fomento y persona íntimamente ligada a este proyecto por designación expresa del primer mandatario, del oferente Hebbard y una brillante pieza oratoria del propio presidente Porras, donde hizo muy profundas consideraciones y reflexiones sobre el valor y beneficios que para la economía nacional tienen los ferrocarriles en general, destacando que " en la actualidad el adelanto de un país se calcula por la extensión de sus líneas férreas".

Defendió el proyecto, ahora toda una realidad y enfatizó sobre las críticas a los posibles altos costos de la obra, que serian ínfimos al compararlos con los enormes beneficios que se derivarían.

El progreso como toda innovación, tiene siempre resistencias aquí y en todas partes, pero siempre avanza, destruyendo y arrollando a su paso todo obstáculo." Tened fe, vosotros sabéis que en vuestras labranzas primero entra la semilla en el surco y luego brota de ella el fruto".

El ferrocarril desarrolla a su alrededor las carreteras, impulsa la agricultura, atrae la inmigración, fomenta la industria, protege el comercio y despierta dormidas energías"

Los primeros maquinistas y colectores del valor del pasaje, fueron jamaicanos que no dominaban a la perfección el idioma castellano. Entre las obligaciones de los últimos estaba ir anunciando, a voz en cuello, las diferentes estaciones a medida que se iban acercando, tal como en todas las rutas del mundo.

Por nerviosidad o por falta de conocimiento del español, o por ambas razones, cuentan los pasajeros la cómica anécdota ocurrida al aproximarse el poblado de Cantarranas, cuando el empleado gritó muy fuerte y emocionado Rana Cantando". La historia fue de tanto impacto, que faltó muy poco para que a dicho poblado se le cambiara el nombres.

Aproximadamente se estima que de 3500 a 4000 personas viajaron por todas las direcciones de la vía férrea durante esos cuatro días de inauguración, sin aparecer ningún tipo de retraso en los horarios o accidentes.

El viaje de regreso a Panamá se efectuó el lunes 24 en el mismo vapor y la inauguración de la colosal empresa estatal se había llevado a cabo dentro de un majestuoso marco, tal como debía ser y corresponder a una obra de tal magnitud.