Monday, June 6, 2011     17:19
 

Homenaje a María Olimpia de Obaldía

Para 1929, María Olimpia de Obaldía ya ocupaba un lugar cimero y admirado en el parnaso panameño. Sin embargo, faltaba como un punto final para exaltar y prodigar un reconocimiento, con raíz totalmente nacional, a quien se había destacado por su intrínseca valía en el difícil campo de la literatura.

La idea de efectuar un homenaje patrio a tan ilustre dama, nació del Dr. J. D. Moscote, en esos tiempos Rector del Instituto Nacional, la primera casa de estudios; proyecto que fue acogido muy favorablemente por todo el cuerpo de profesores en primera instancia y luego, con un febril entusiasmo por el resto de la nación.

Los distinguidos chiricanos residentes en la ciudad capital, Didacio Silvera, Manuel Roy, Aníbal Ríos D., Abel de la Lastra, Domingo H. Turner y Alberto ( Torpedo ) González, integraron un comité de apoyo que empezó a laborar con singular acierto, pero sobre todo con mucha dedicación, desprendimiento y cariño, para obtener un completo respaldo del pueblo panameño.

Ellos formaron comisiones para solicitar la cooperación ciudadana y de grupos cívicos, tanto de la ciudad capital como de todas las provincias, logrando cálidas muestras de adhesión y simpatía.

Panamá vivía momentos de gran euforia, libre de odios y rencores; María Olimpia de Obaldía se había convertido en el elemento catalítico que realizaba el milagro de unir al país entero y de amalgamarlo a través de su mágica poesía.

Después de múltiples reuniones y de considerar hasta los últimos detalles, se escogió la fecha del 28 de noviembre, para llevar a cabo el grandioso acto cultural, cuya programación definitiva vino a ser el resultado de muy cuidadosa selección.

Nuestra ilustre trovadora viajó desde David a Panamá una semana antes, siendo despedida en su provincia natal, por más de dos mil personas, con niños escolares en rigurosa fila de honor, entre ellos el autor de esta columna, por entonces alumno de la Escuela República de Brasil.

Los chiricanos más orgullosos que nunca, sentían latir aceleradamente sus corazones y todos se identificaban con la vencedora, la máxima exponente literaria que conquistaría muy pronto a toda la nación.

El arribo al aeródromo de Paitilla fue otro momento de intensa emoción, ya que una inmensa multitud entre aclamaciones le ofreció un fabuloso recibimiento, como extraordinaria pleitesía a su talento. De pronto se vio rodeada de enormes ramos de flores, destacándose el enviado por el Presidente de la República Ing. Florencio Harmodio Arosemena y su señora esposa.

Del aeropuerto salió un gran desfile por las calles de la capital hacia el Palacio Municipal, donde en sesión solemne, el Concejo la declaró Huésped de Honor y le otorgó las llaves de la ciudad.

El periódico La Estrella de Panamá saluda a la alondra chiricana con un gran retrato en la primera página y un editorial donde expresaba: "Salud, señora de Obaldía...! Salud poetisa, tejedora de ensueños, amiga de los campos, y de los amaneceres, y de los niños, y del amor, del puro amor que es nuestra vida...Salud señora de Obaldía, poetisa, nobilísima poetisa"!.

La Asociación de Profesores de Panamá le ofreció un magnífico té en el patio de la Escuela Profesional y con el fondo de las aguas cantarinas de su fuente, se oyeron recitaciones, piezas musicales y canciones.

El 25 de noviembre, el periodista y profesor, Enrique Ruiz Vernacci, dictó una conferencia en el Instituto Nacional, donde analizó la obra poética de la futura homenajeada, "dispuesto a cumplir mi tarea de informador, de "cicerone "en ese Palacio que es la obra de María Olimpia de Obaldía".

El documentado juicio crítico fue enfocado bajo los siguientes puntos:

  • Significado de la poesía femenina
  • La técnica poética
  • alor emocional de lo melancólico
  • Sentimiento popular en la poesía y su alcance
  • El valor emocional de lo íntimo
  • Ligero recorrido de la obra de la señora de Obaldía

La concurrencia que llenaba en su capacidad el Aula Máxima del plantel de las águilas, escuchó en reverencial silencio tan erudita conferencia hasta su párrafo final:

"El homenaje que ha dispuesto el Instituto Nacional, este templo en el que se anhela incubar águilas, ha encontrado en la república entera un eco que nos enorgullece a todos y muy especialmente a mí, que he tenido el honor de ser vuestro admirador desde hace años y he conservado en mi alma la hoguerita encendida para vuestro culto".

"Señora, perdonadme: mi corazón está a vuestros pies. He leído, estas noches pasadas vuestros versos a la luz de la luna y me he sentido feliz"......... prolongados, sinceros y efusivos aplausos premiaron tan hermosos conceptos.

El público emocionado estuvo consciente de que se estaba señalando magnífico preámbulo para el apoteósico acto del 28 en la noche.

Las puertas del Teatro Nacional se abrieron desde las 7 p.m. para poder acomodar a los numerosos asistentes que llenaron totalmente sus butacas.

La velada se inició a las 9:00 p.m. con la entrada de María Olimpia de Obaldía, acompañada por el Dr. J. D. Moscote, quienes subieron a un escenario engalanado con gran cantidad de ramilletes y canastas de flores, obsequios de una nación agradecida.

El cuerpo de profesores del Instituto Nacional formaba un semicírculo alrededor de la figura central de la gran poetisa y en la parte posterior, una alegoría formada por cinco bellas jovencitas, con un gran telón de fondo.

El excelente programa incluyó los siguientes puntos:

  • Wagner: Rienzi, obertura. Orquesta Sinfónica. Ricardo Zozaya, director
  • Discurso: Ofrecimiento del homenaje. Dr. J. D. Moscote, Rector del Instituto Nacional.
  • Orfeón del Instituto Nacional
    a) Anónimo: Dolor de Ausencia ( siglo XVI )
    b) C. Brontin: El Océano
  • Lectura de poesías de María Olimpia de Obaldía, por Margot Giraldo y Susana Esquivel, de la Escuela Normal de Institutoras.
  • Junto a una Cuna.
    a) Letra: María Olimpia de Obaldía
    b) Música: Ricardo Zozaya
    c) Intérprete: María Esther Pacheco, ex-alumna Escuela Normal de Institutoras.
  • Mozart: Sinfonía No. 2 ( minueto ). Orquesta Sinfónica
  • Homenaje lírico por Adelaida López, alumna de la Escuela Profesional.
  • Ofrendas
  • Brahms: Danza Húngara No. 6. Orquesta Sinfónica.

El Presidente de la República, su gabinete, miembros de la Asamblea, cuerpo diplomático y distinguidas personalidades, se encontraban presentes, dándole gran prestigio a esta velada.

El Dr. J. D. Moscote fue el oferente del suntuoso homenaje, pronunciando un excepcional discurso, con muy atinadas reflexiones sobre la cultura y el acto de reconocimiento que se llevaba a efecto.

Terminó su alocución diciendo "un homenaje en tan recios motivos fundado, debe ser para Ud., altísima señora, algo conmovedoramente halagador, que llenará su alma, pura y sensible, de inefables alegrías, de satisfacciones infinitas". ...."el pueblo, idealista y generoso, solo pide a su amada alondra dos cosas: que no enmudezca bajo el peso de los laureles que agobian su cabeza triunfadora y que continúe por la senda de luz que hasta aquí ha recorrido."¡SALVE, MARÍA OLIMPIA DE PANAMÁ!

Entre las múltiples ofrendas le fueron ofrecidas medallas de oro de todas las provincias de la república, tinteros de plata, liras de oro, ramos de flores, prendedores, libros y muchas otras manifestaciones del regocijo nacional.

La poetisa nicaragüense Aura Rostand, fuera de programa, recitó en forma magistral, un poema de su cosecha y preparado para tal ocasión, que recibió nutridos aplausos.

La señora Esther Neira de Calvo, directora de la Escuela Normal de Institutoras, colocó en las sienes de la insigne cantora, una corona de oro, simulando ramas de laurel, con las siguientes palabras:

"en estos momentos en que el alma nacional acaba de inmortalizar la obra de María Olimpia de Obaldía, su Alma Mater, la Escuela Normal de Institutoras, viene a rendir el más alto homenaje a su hija predilecta, al ceñir sus sienes con la corona de laurel".

Posteriormente, la máxima poetisa nacional, agradeció el homenaje, con visibles muestras de emoción, diciendo en parte de su discurso "sin embargo, la venda de la vanidad no nubla mis ojos, porque comprendo que el honor otorgado supera a mis escasos méritos: lo acepto como un brote de simpatía, como un destello del patriotismo que arde vigoroso en el corazón de mis conciudadanos, quienes elevándome de mi modesto nivel al alto sitial que hoy ocupo, han querido hacer de mí un símbolo que sirva de estímulo a las mujeres panameñas del presente y del futuro."

"Vosotros, señores Delegados de las Provincias, llevad mis expresiones de gratitud y cariño a la heráldica Veraguas, a Coclé la gentil, a Colón la rumorosa, a la histórica Los Santos, a Herrera la progresista, a Bocas del Toro la pintoresca y a Darién la laboriosa y fértil, en tanto yo hago votos por la prosperidad de todas ellas, que es también la de la Patria.

"Permitidme ahora que mis últimas frases sean para la provincia de mis amores, la riente, la próspera, la amable Chiriquí, cuya belleza inspiró mis mejores cantos, donde duermen mis antepasados, bajo cuyo cielo se meció mi cuna, mi nido de amor y la cuna de mis hijos.... a ese rinconcito cuyos habitantes -- hermanos míos por los lazos del cariño -- han formado anillo de amor para rodear a su cantora, dedico un recuerdo fervoroso y sentido en esta hora de emociones inefables."

La delicada poetisa sintió que "las brisas nocturnas en las frondas" habían dejado de "entonar un doliente miserere" y cruzó el marco de la historia para transformarse en MARÍA OLIMPIA DE PANAMÁ.

Uno de los más trascendentales actos culturales y de homenaje a la inteligencia y capacidad de una persona, realizados en la República de Panamá, había llegado a su final.