Monday, June 6, 2011     17:19
 

La primera sede de la Sociedad de Beneficiencia Española

Los ciudadanos españoles que han convivido en nuestras tierras, se caracterizan por integrar un grupo de personas poseedoras del sello de la honradez, seriedad, amor al trabajo y a su terruño natal.

La increíble capacidad que tienen para auxiliar a sus connacionales, fue un factor aglutinante que los llevó a reunirse y a formar la Sociedad Española de Beneficencia, un 4 de octubre de 1855, con la siguiente primera directiva:

Presidente Honorario: D. Salvador Rizo, Cónsul De España
Presidente: D. José María Fernández
Vice-Presidente: D. Narciso Sardá
Tesorero: D. Inocencio Franco
Secretario: D. Buenaventura Serrá
Vocales: Dr. M.B. Castellanos
D. Ramón De Icaza
D. Nicolás C. Orfila
D. Ignacio R. García
Pbro. José A. Figueroa

A pesar del impulso decisivo que fue otorgado por el entusiasmo inicial, poco a poco se fue notando una especie de languidez y falta de ánimo en los asociados, tal vez por que no llegaban a visualizar, en esos momentos, el enorme beneficio que se alcanzaría uniéndose como grupo.

La sociedad siguió confrontando serias dificultades, que muy a menudo llegaron a desanimar en alto grado a sus más fieles y creyentes miembros.

Los constantes esfuerzos de Don Gervasio García por mantener a flote esta noble iniciativa, lo llevaron a presentar en una reunión, el 10 de julio de 1910, la proposición tendiente a dotar a la Sociedad de una sede propia para llevar a cabo sus actividades.

Se trataba de una idea audaz y que aparentemente representaba un total contrasentido, ya que una sociedad con frecuentes problemas económicos y pocos socios, lo menos que podía pensar era en construir su edificio.

El concepto lanzado al aire, era como un desafiante reto al orgullo de los ibéricos, despertando un gran interés en dicha comunidad y que vino a ser como un eslabón de unión para todos, reflejándose inmediatamente en un aumento de los miembros activos de 50 a 199, cifra muy respetable tomando en cuenta la población total de españoles que vivían en Panamá en esa época.

El plan que desde su inicio fue también prohijado por Leoncio Felez, Francisco Torm y Antonio Guerra, se transformó en un factor catalítico enorme, que provocó una entusiasta respuesta en todos los asociados.

Poco a poco se fue levantando la nueva sede, a la cual se dedicaron a trabajar con verdadero cariño y total desprendimiento, hasta verlo llegar a su etapa final.

El nuevo edificio, muy bien construído, estaba localizado en la Avenida Central, esquina con Calle H, teniendo dos pisos altos, el último con ocho balcones semicirculares de estilo español.

Cuatro grandes columnas sobresalían del límite de la acera, sobre las cuales había una amplia terraza adornada con dos bellas lámparas, que le daban una distinción muy propia.

Fue necesario solicitar un permiso especial del Consejo Municipal de Panamá, para construir las mencionadas cuatro columnas fuera de los límites permitidos.

El inmueble muy pronto se convirtió en un clásico detalle arquitectónico de la capital, por la belleza de su concepción.

En la inauguración de su primera sede en la Avenida Central y Calle H, el 12 de mayo de 1912, se realizó el siguiente programa:

  1. Ianzamiento de los pabellones panameño y español
  2. Bendición del Edificio por el Obispo de la Diócesis
  3. Bosquejo histórico de la Sociedad, por Don Santos Jorge A.
  4. Brindis

Las banderas de Panamá y España fueron izadas a los acordes de los respectivos himnos, por el Presidente de la República, Dr. Pablo Arosemena y por Don Gervasio García, Presidente de la Sociedad.

El Obispo Electo de Panamá, Dr. Guillermo Rojas, bendijo la nueva instalación, dentro del imponente silencio de una selecta concurrencia que incluía a los miembros del gabinete, de la Asamblea Nacional, la Corte Suprema de Justicia, Concejales, Cuerpo Diplomático y Consular, invitados especiales, junto con los integrantes de la Sociedad.

Dijo Don Santos Jorge A.: "Los sacrificios que supone por parte de la Sociedad Española de Beneficencia, la erección de este precioso edificio y las alabanzas de que es digna la constancia de los que lo han llevado a cabo, lo comprenderéis muy bien después de oír en breves palabras el relato de su fundación".

"Siendo Cónsul de España en esta ciudad el señor Don Salvador Rizo en el año de 1885, tuvo lugar por iniciativa de dicho señor, una reunión de la Colonia española, a la que asistió buen número de compatriotas, con el fin de crear una sociedad benéfica encargada de socorrer a todos aquellos españoles residentes en el Istmo y que careciesen de lo necesario para su subsistencia".

"A los pocos meses de lanzada la idea, en el mismo año de 1885 quedaba ya establecida la Sociedad Española de Beneficencia, bajo la presidencia del compatriota señor José María Fernández".

Continuó el orador oficial: "Deseo manifestar en obsequio a la verdad, que la generosa y desinteresada iniciativa de los socios fundadores, no halló eco en la mayoría, por parecerles, sin duda, imposible de realizar un ideal tan sublime, atendiendo las anormales circunstancias de la Colonia".

"Bueno será recordar a este propósito que los gastos hechos en atender a los pobres enfermos que no pertenecían a la Sociedad, ascendieron en algunos años a la respetable suma del ochenta por ciento de los ingresos".

Esa mañana inaugural convirtió en realidad un largo sueño y fue una reafirmación de la voluntad colectiva de un grupo de españoles que se habían superado y mantenido muy en alto el honor de una nación.

La Junta Directiva y en particular su Presidente Don Gervasio García, en unión de todos los miembros, estaban muy orgullosos por haber logrado la exitosa comunicación del plan que se habían trazado.

El deseo de trabajar desde el momento inaugural, se dejó ver con claridad en un anuncio publicado en los diarios de esa época:

SOCIEDAD ESPAÑOLA DE BENEFICENCIA

SE CONVOCA A LOS MIEMBROS DE ESTA SOCIEDAD A LA JUNTA GENERAL EXTRAORDINARIA QUE TENDRA LUGAR EL DIA 19 DE LOS CORRIENTES A LAS 8:00 P.M.

ED. THOMAS

PANAMA, 17 DE MAYO DE 1912

Los españoles desde ese instante se sintieron totalmente identificados con su sociedad, organizándose para apoyar a innumerables obras benéficas del país, con la tenacidad que los caracteriza y la Sociedad Española de Beneficencia, se fue afianzando y tomando una faz propia dentro de la comunidad panameña.

Después de permanecer en ese edificio por 48 años, se construyó un nuevo local (segunda sede) en Vía España, cercano al Teatro Opera, que fue inaugurado bajo la Presidencia del socio Severino Rodríguez y durante la administración gubernamental de Don Ernesto de la Guardia Jr.

De una arquitectura moderna y diferente, se separaba del hermoso concepto arquitectónico del imponente edificio anterior.

Atendiendo un clamor general de los miembros y deseando expandir las facilidades para incluir campos de juegos, piscinas y ampliación de las áreas para actividades sociales, la Sociedad Española de Beneficencia inauguró una moderna construcción (tercera sede) en la Urbanización La Loma, cercana a la Clínica San Fernando, el 10 de julio de 1975, con Don José Vilar Dapena como presidente y durante el gobierno del Ing. Demetrio B. Lakas.

Allí se han celebrado grandes y solemnes momentos, entre los que se destaca la conmemoración del primer centenario de su fundación, destacado evento social que tuvo lugar el 4 de octubre de 1985.

La Sociedad Española de Beneficencia ha demostrado ampliamente que los ideales de sus forjadores han sido mantenidos bajo el sostén de la fuerza de sus integrantes. El mejoramiento actual de sus instalaciones fácilmente indica una clara y sostenida dirección hacia el éxito.