Monday, June 6, 2011     17:19
 

El Camino de Cruces

En 1519 los españoles terminaron de construir una vía de comunicación que uniera el Atlántico con el Pacífico, a través de un camino estrecho, pero hecho de piedras de diferentes tamaños, que se encontraban enclavadas en la tierra, dando una solidez y firmeza que desafió los siglos.

La mano de obra inicial provino de los indios nativos, pero muy poco tiempo después, se introdujeron al país, esclavos negros del Africa, a quienes se les dio un trato cruel e inhumano, empleándose cadenas para mantenerlos unidos en sus horas de trabajo, donde abundaban los latigazos, por cualquier tipo de descuidos.

El mismo camino era bastante transitable, pero sumamente estrecho, aproximadamente 1 ½ metros, con innumerables precipicios y peligrosas curvas, construido de piedras con diferentes tamaños, pero firmemente enclavadas en la tierra.

Desde el poblado de Chagres, en la desembocadura de ese río, se viajaba río arriba, en cayucos o bongos, bajo potentes remeros negros de muy fuerte contextura física, luchando contra la corriente y llegar al poblado de Gorgona, en ocasiones, o hasta Las Cruces, para tomar el camino empedrado, cruzar las montañas y llegar a Panamá, una distancia total de 60 millas.

Uniendo la parte acuática sobre el Río Chagres, con la ruta montañosa de las Cruces hacia Panamá, se convertía en la primera ruta intercontinental, de Atlántico a Pacífico, en América.

Tuvo una increíble época de prosperidad, al servir como paso para los tesoros provenientes de Sur América, especialmente del Perú y otros países, para llevarlos al Atlántico, y ser trasladados a galeones que se dirigían hacia España.

El Camino de Cruces presentaba enormes peligros, aparte de las posibilidades de ataques por malhechores, robos y asesinatos, a que se exponían estos desesperados viajeros.

El cruce era tan peligroso y horrible, que un viajero de Massachussets, escribió “ pero al decirlo, y exteriorizo el sentimiento unánime de los pasajeros, a quienes he oído expresarse y es, diciéndolo con temor a Dios y por el amor del Hombre, a unos y a todos, que bajo ninguna circunstancia, vengan por esta ruta. No tengo que decir nada sobre las otras, pero no vengan por esta”.

Los ladrones muy pronto se enteraron del tránsito de oro, plata y joyas preciosas, que se enviaban a España y se dedicaron a atacar a los viajeros que trataban de llegar al lado Atlántico.

Al decaer el poderío español, esta vía fue perdiendo su uso y prácticamente desapareció, por los avances del tiempo, clima y el poder de la selva, que todo lo invadía.

Los acontecimientos que sucedían en California, con el descubrimiento de yacimientos de oro, en California ( 1848 ), determinaron un resurgimiento para el transporte intercontinental de la inmensa cantidad de pasajeros deseosos de trasladarse al nuevo paraíso.

Los botes y sus fornidos remeros, hacían un enorme negocio, al cobrar hasta $ 40.00 por persona por transporte hasta Cruces ( en el invierno) o hasta Gorgona en el verano, unas 37 y media millas o 20 millas hasta Panamá.

El viaje río arriba por medio de cayuco tomaba de 3 a 3 y medio días, mientras que por un barco, duraba de 8 a 24 horas.

Desde Las Cruces hacia Panamá, era un día de viaje, por medio de las mulas. Cada una de ellas se alquilaba a razón de $ 15 por día, sin incluir el equipaje.

Por los continuos robos de oro y piedras preciosas, llevadas a cabo por los asaltantes, se constituyó una especie de milicia privada, bajo la dirección de un antiguo militar, llamado Ran Runnels, quien integró un cuerpo bien entrenado, que procedía a linchar a cualquier ladrón, sin mayores contemplaciones. Esta forma agresiva de lidiar con los malhechores, terminó con la ola de asaltos a los viajeros.

La misma Compañía del Ferrocarril de Panamá, subvencionaba a este cuerpo de milicia, que tan rápidos resultados tuvo.

Cuando se inauguró el Ferrocarril de Panamá, en enero 28 de 1855, vino el total abandono del Camino de Cruces, cuyo memoria todavía está presente, por la gran importancia que tuvo en el desarrollo de Panamá, por más de tres siglos, recordando que el pirata Henry Morgan, empleó esta ruta para cruzar el Istmo y atacar a Panamá.