Monday, June 6, 2011     17:19
 

Inicio de las excavaciones en el Corte de Culebra

El Corte de Culebra se extiende desde el poblado de Bas Obispo hasta Pedro Miguel, una distancia de 9 millas ( 14.4 kilometros de largo ), que viene a representar una gran zanja que se ha excavado a través de la División Continental de la Cordillera Central.

Es una verdadera unión de aguas de los dos mares y realizar así, el sueño cuatro veces centenario que había desafiado al hombre.

Los primeros trabajos de excavación , se comenzaron el 20 de enero de 1820 en el poblado de Emperador, en una extraña mezcla de explosiones de dinamita y corchos de las múltiples botellas de champaña.

Los invitados especiales se trasladaron de Panamá en vagones del Ferrocarril hacia el sitio exacto de la ceremonia.

Además de las altas autoridades de la Compagnie Universelle du Canal de Panamá, se encontraban el ingeniero jefe de los trabajos, Armand Reclus, el Presidente del Estado de Panamá, el doctor Dámaso Cervera, el Arzobispo de Panamá, representantes de la prensa, hombres de negocios, financistas, políticos y jefes de la Compañía del Ferrocarril.

Había tanto deseo por presenciar este histórico momento, que fue necesario habilitar un segundo vagón del tren para trasladar a la enorme concurrencia que se había dado cita en la estación.

El sitio para dar comienzo a las ceremonias se encontraba muy decorado con flores y banderas de Colombia y Francia, que aparecían unidas en lazos muy bien presentados y de exquisito gusto.

El ingeniero Reclus dio amplias explicaciones a las personas, sobre la manera como se proseguirían con las excavaciones, que se harían en forma de terrazas, donde el material sería retirado por medio de trenes.

De similar manera, entró en detalles sobre la forma de penetrar la roca, por medio de huecos que se abrirían y después la inserción de rollos de dinamita.

Luego de la invocación religiosa, la ceremonia empezó con unas palabras del ingeniero Reclus donde aseveraba que este momento señalaba el verdadero inicio de las obras. Brindó por la salud del Conde de Lesseps, por Francia y Colombia, los socios en esta formidable empresa.

Un sonoro aplauso rubricó estas palabras que señalaron al ingeniero Reclus que todos estaban totalmente compenetrados y compartían las ideas expresadas.

El presidente del Estado de Panamá, Dr. Dámaso Cervera respondió al primer orador y después que otros hicieron uso de la palabra, la concurrencia se alistaba para el viaje de regreso, cuando un hecho coincidental se desarrolló al llegar procedente de Colón, una locomotora de la Compañía del Canal, donde venía el ingeniero Razy, jefe de los trabajos en Colón.

La concurrencia vio en este hecho fortuito, una señal favorable que se interpretó como la armonía en la ejecución de los trabajos y la unión hacia el triunfo definitivo.

El progreso que se experimentará en estas obras, será el resultado de muchos años de estudio, de constantes y pacientes esfuerzos llevados a cabo por los organizadores de la importante obra.

A las 7:30 p.m. se brindó un banquete y al momento de los postres se presentaron diversos informes sobre los resultados obtenidos durante el año que acababa de terminar.

El ingeniero Reclus hizo unos muy elogiosos comentarios sobre el trabajo llevado a cabo por el ingeniero Dauzats en todos los años que ha estado asociado con el canal.

Es importante destacar las palabras del Dr.Companyo, médico jefe de la Compañía del Canal que señalaba la ardua labor de saneamiento y atención que se debía brindar a los obreros, pero que estaba seguro del éxito de su labor.

El señor Antonio Ferro, agente en la ciudad de Bogotá, hizo muy laudatorios comentarios sobre la organización de los trabajos y sus directores.

Todos los presentes estaban totalmente convencidos del futuro éxito que coronaría estos esfuerzos, que se iniciaban bajo tan buenos augurios.

El salón de baile se decoró con banderas y flores, además de profusamente iluminado, que añadía un toque de clase para esta actividad, que se prolongó hasta muy altas horas de la madrugada.

En la mente de la concurrencia quedó la visión de barcos que cruzaban de un océano a otro, a lo cual también contribuyó la champaña ingerida.